jueves, 8 de enero de 2015

LAS SEMILLAS DEL ODIO

Quisiera comenzar esta opinión apelando a la palabra “RESPETO” que conserva su dignidad y no la de “TOLERANCIA” que parece haberse pervertido su significado y haberse convertido en sinónimo de “Aguantarse todo”. La noticia de la masacre en París al periódico Charlie Hebdo me ha afectado en gran medida a pesar de no ser seguidor de ningunos de los colegas asesinados o el haber compartido con ellos. También aclaro que lo que escribo no es porque avale la acción tomada contra ellos o que defienda a los agresores. Pero como muchos han opinado, creo que este suceso da para mucho comentar y reflexionar.

No creo que sea mandato de Dios, el asesinar a alguien que critica o comenta de un tema religioso de la manera que lo había en Charlie Hebdo. Al fín al cabo los creyentes sabemos que al final de nuestros días, se nos pedirán cuentas sobre lo hecho, lo dicho y lo sembrado.

El tono del trabajo de estos colegas en este medio era crudamente extremo contra muchas instituciones políticas y religiosas y despertó la ira descontrolada de manos siniestras y desquiciadas que terminaron con la tragedia, no solo para los caricaturistas, sino para el resto de  víctimas civiles y policiales.

Eso incrementa la cultura del Odio de parte y parte, y quisiera preguntarles ¿Cuál será la mejor forma de  protestar contra una ofensa que ofenda mis creencias o lo sagrado para mí (religión, familia, trabajo, etc)?, podrá ser ignorar o mejor aún protestar con inteligencia. 

Para terminar dos enseñanzas, en procura de la paz anhelada:

Gandhi decía: “Las diferencias de opinión nunca deben significar hostilidad. Si así fuera, mi mujer y yo hubiéramos sido enemigos irreconciliables. No conozco, en el mundo, dos personas que no sostengan opiniones distintas, y como yo soy adepto del Gita siempre me he propuesto tratar a todos aquellos que difieren de mí con el mismo afecto que siento por los más próximos y queridos.”

JESUCRISTO enseñaba: “Traten a los demás como ustedes quisieran ser tratados. Esta es la esencia de todo lo enseñado por la ley y los profetas.”, “Si solo amas a los que te aman, no estás haciendo nada extraordinario porque hasta los incrédulos lo hacen. Y si solo haces el bien a los que te hacen el bien, que tienes de extraordinario? Aun los pecadores lo hacen! Ama a tu enemigo!! Hazle el bien!! Entonces tu recompensa será grande y te estarás comportando como un verdadero hijo de Dios."

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